miércoles, 9 de septiembre de 2015

SOBRE EL ORIGEN DE LA VIDA

De un artículo de Juan Antonio Aguilera Mochón - “Ciencia y Religión” (2006) - Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada

…Desde luego, es un problema que no resuelve la teoría evolutiva convencional, pues ésta se ocupa de las transformaciones de especies ya existentes.

Pero el cómo pudo emerger la vida es un problema genuinamente científico, aunque con dificultades excepcionales: la ciencia podrá demostrar cómo pudieron ocurrir probablemente los hechos (el origen de la vida), e incluso probarlo en el laboratorio, pero parece que nunca podrá certificar que ocurrieron de esa manera....[i] Desde que Alexander I. Oparin y John B. S. Haldane propusieron las primeras hipótesis científicas en torno al origen de la vida en los años 1920, y desde que en 1953 Stanley L. Miller demostró en el laboratorio que la simulación de las condiciones de la Tierra primigenia originaba espontáneamente compuestos característicos de los seres vivos (aminoácidos), se ha avanzado mucho en la comprensión del problema y en el planteamiento de soluciones. Hoy es un campo activo y apasionante de investigación en el que quedan importantes asuntos que resolver para entender, sobre bases sólidas, cómo pudieron ensamblarse las primeras células; sin embargo, no son hipótesis científicas lo que falta [véase la de Günter Wächtershäuser (1988) como hipótesis modélica, y una perspectiva general en Aguilera (1993]). Por tanto, no se puede sostener -si no es por ignorancia o mala fe- que el origen de la vida es un problema que la ciencia no puede ni podrá explicar...”[ii] Pocos científicos informados dudan de que el origen de la vida fue un suceso natural, espontáneo, aunque haya diversidad de pareceres en cuanto a la probabilidad del suceso dadas las condiciones adecuadas (lo que afecta también a la probabilidad de vida extra-terrestre).[iii]

Lo que sabemos del origen de la vida permite decir, una vez más, que la hipótesis de Dios es innecesaria. Pero yo añadiría -en la línea de François Jacob- que, si aceptáramos al Dios creador y diseñador como hipótesis de trabajo, concluiríamos que se trató aparentemente, de un ignorante en Biología molecular. El propio código genético, con el que se traducen los mensajes genéticos al lenguaje de las proteínas, parece fácilmente mejorable. De hecho los humanos, que apenas hemos empezado a avanzar en Biología molecular, ya estamos proyectando la mejora de ese código en especies existentes… o en especies desarrolladas casi de novo.[iv]






[i] podrá demostrar probablemente… pero nunca lo podrá certificar; ¿habrá evidencia?

[ii] no puede, pero tal vez pueda.

[iii] ello quiere decir que muchos “científicos informados” –no sabemos qué proporción del número de no creyentes que puede deducirse de las encuestas presentadas en el primer artículo de la serie- “no dudan”, pero no lo pueden demostrar; tal vez algún día puedan. Dentro del principio de “provisionalidad” de la ciencia, se tendrá que aceptar esta espera… y claro, tener fe.

[iv] ya los humanos somos “creadores” con base al conocimiento, que siempre ha existido, sólo que recientemente ha sido descubierto. Entonces, si el “conocimiento” siempre existió, son los científicos los que han salido de la ignorancia recientemente, o están saliendo en estos tiempos, gracias por cierto a su trabajo y a su inquietud investigadora.



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