domingo, 12 de marzo de 2017

LOS CUARENTA DÍAS DE CRISTO DESPUES DE LA RESURRECCIÓN – Parte 2

Hablaremos en esta nota sobre la etapa de la vida de Cristo resucitado, los 40 días en los que transmitió toda la sabiduría que no aparece en la Biblia y que trasciende los tiempos hasta nuestros días, reflexionando sobre fundamentos que hoy conocemos, pero que la misma ciencia, no puede explicar.

Orientaremos la secuencia buscando llevar el tema hacia el fundamento de la existencia y a partir de ella a la materia, la vida orgánica y la vida inteligente.
      -          El Génesis y la Energía
      -          Milagros de Cristo y la Física Cuántica
      -          Resurrección de Cristo
      -          Los Cuarenta días y las Enseñanzas más Profundas y Trascendentes
      -          La Ascensión de Cristo
      -          Diez días después

PARTE 1: El Génesis y la Energía
La EXISTENCIA se origina en la dimensión de la ENERGÍA PURA, que luego va decantando hasta la ENERGÍA ETÉRICA que alcanza al SER HUMANO y se integra a él, a través de la CONCIENCIA. Se concluye pues, que la Imagen y Semejanza, es energética y no de fisonomía o constitución biológica.

PARTE 2: Milagros de Cristo y la Física Cuántica
La Física Cuántica, es la física de las “partículas sub-atómicas” llamadas “cuantos” (quantum); es la física subyacente a la Física Cartesiana (de las 3-D). El “cuanto” tiene dos características de manifestación según se le observe: como partícula-materia o como onda-energía; en su condición de onda-energía, es vibración.

Si observamos la materia, desde la más dura( no-orgánica), hasta la orgánica (vegetal, animal o humana), en su componente último, llegaremos primero a los átomos y luego a los “cuantos” en diversos grados de vibración, desde la imperceptible en la materia más dura hasta la vibración mayor en el ser humano, cuya banda de frecuencias (vibratorias), llega hasta los 10 Mhz; de allí siguen las vibraciones más altas de la energía, desde la dimensión de la energía etérica próxima al ser humano y a la vida orgánica en general, hasta la dimensión de la “energía pura”. Para entenderlo, imaginemos una rueda estática que comienza a rodar cada vez a más revoluciones por segundo; llega una velocidad de rotación, en que la rueda parece que estuviera estática y luego, si se aumentan la revoluciones, la velocidad de rotación es tal, que desaparece a la vista. Lo mismo ocurre con el sonido, hay frecuencias muy bajas que no percibimos, luego viene la banda de frecuencias perceptibles al oído humano de 20 Hz a 20,000 Hz, hasta que la frecuencia sube y ya no oímos nada; los animales y las plantas, tienen diferentes bandas de percepción y oyen frecuencias que el humano no percibe.
Hay diferentes tipos de “cuanto-quantum”; desde los fundamentales; fotón (luz), fonón (sonido), electrón (energía) que llevamos los seres vivientes dentro del núcleo de las células, en el ADN; hasta los quark que comprenden los hadrones (protón, neutrón), los leptones (fermiones: electrón, neutrinos), bosones… hasta el gravitón. Para hacerlo simple, concentrémonos en los del ADN: fotón, fonón y electrón, que hacen vibrar nuestro sistema celular.

Reiteramos, nuestro cuerpo vibra en frecuencias hasta 10 Mhz; y cada órgano tiene una frecuencia de vibración óptima. La COHERENCIA CELULAR, nos mantiene en SALUD ÓPTIMA y ello implica que cada órgano vibre en su frecuencia óptima. El sistema celular, contiene 100 trillones (10^14) de células regulares (incluidas las neuronas), en las cuales se integran los ADN; el promedio de vida de las células regulares (renovación) es de 20 a 22 días. Pero también llevamos 1,000 trillones (10^15) células malas (parásitos, bacterias, viruses, hongos), no organizadas, anárquicas, dispersas con un promedio de vida de hasta 2 horas, pero que están dispuestas a atacar si algún órgano se debilita al salir de su frecuencia óptima de vibración, causando las enfermedades.

Cristo era un SER ENERGÉTICO de LUZ, cuya vibración de AMOR (la mayor energía manifiesta del ser humano), alcanzaba largo más de 2 metros a su alrededor. Esa irradiación energética potentísima, re-sintonizaba (ponía en frecuencia óptima) cualquier órgano afectado, devolviendo la salud (sanación). Pero además, las células regulares tienen la posibilidad de reconstituirse (el ejemplo más simple, es la cicatrización) y Jesús en su infinito AMOR, irradiaba su energía sanadora a tal punto de potencia, que incluso podía reconstituía las células de un muerto reciente (p.e. la resurrección de Lázaro). Sus milagros eran actos energéticos de AMOR, que restituían la COHERENCIA CELULAR.

Pero además, esa energía de AMOR singular, única, le permitía muy fácilmente hipnotizar a personas e incluso a muchedumbres, lo que explicaría los milagros de las bodas de Caná de Galilea y la multiplicación de panes y peces.  


TODOS FUERON MILAGROS DE AMOR, a través de la Energía y actuando a nivel cuántico sobre el sistema celular (incluidas las neuronas).


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