miércoles, 20 de abril de 2016

CÓMO HABRÍA OCURRIDO LA DIVINA CONCEPCIÓN



La “Encarnación” (Inmaculada Concepción):
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-Nosotros” Mateo 1.23 (Isaías 7.14)


Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo” Mateo 1.18

La “Encarnación” es el misterio indemostrable de nuestros días, pero aceptado por fe y que cada vez se ilumina más. En efecto, a medida que avanza el tiempo y tal vez -como se ha mencionado- cuando el hombre alcance a dominar la “velocidad de la luz” y la Física Cuántica, termine por entender y aceptar. Tener en cuenta que estamos recién en el inicio de los tiempos modernos y probablemente pasará algunos cientos de años para ello; no sabemos hasta dónde se habrá de llegar.

En tanto, parafraseando y complementando el inspirado mensaje de un sacerdote sabio, a continuación se ensaya una explicación muy plausible respecto a este misterio, que no pretende ser una demostración, sino simplemente una reflexión:

El Universo es energía (en vibración), el Mundo es energía, toda entidad viviente es energía, el hombre en su “todo” es energía y tiene anidada la “energía divina” –el Espíritu Santo- que como se ha mencionado, explica la omnipresencia de Dios en nuestras vidas. Existe también -dentro de las capacidades de manejo energético en el ser humano- aquella de la telequinesia; además las innumerables veces demostrada capacidad sanadora de Jesús y la sanadora y auto-sanadora de mucha gente, que nos demuestran la influencia energética hacia el exterior e incluso hacia el interior del cuerpo humano para el movimiento (auto-quinesia) y para la orientación hacia el re-equilibrio celular y energético (mediante la sintonía de las energías en vibración).

Ahora bien con la Madre de Jesús –la Virgen María- lo que pudiera haber ocurrido es una especial incursión del espíritu divino que inundó su ser, originando -por voluntad propia inducida con base a esa fuerza espiritual (energía) especial anidada y ya residente en ella misma- que el óvulo sufra dos  mutaciones genéticas, lo que ocurre naturalmente, pero no ocurre naturalmente juntas o simultáneamente. Ello habría coincidido un incremento espontáneo de calcio, lo que puede preparar el óvulo para la fertilización sin esperma y a una división errónea, permitiendo que el óvulo se divida sin necesidad de ADN masculino. A ello se le denomina PARTENOGÉNESIS; un bebé sin padre (lo normal es que el esperma se anida en el óvulo y el ADN masculino y el femenino se unen y luego regresan a su lugar y las células se dividen propiciando la formación del feto).

La partenogénesis en los humanos es una teoría científica, aún sin comprobación.

Al dividirse, el desplazamiento de una célula originando la ovulación -en reproducción asexual-  y su anidación en la matriz (tal cual HOY se puede hacer científicamente con la CLONACION). Claro, se puede decir que la ovulación asexual de una célula originará un ser del mismo sexo del originario de dicha célula; por tanto, en este caso se podría sostener que –de aceptarse la tesis- Jesús tendría que haber sido mujer y no hombre. Pero como todo ser humano –masculino o femenino- viene de una concurrencia originaria activa del fluido masculino que se anida produciendo la ovulación; es conocido y aceptado que, así como en el hombre puede haber células con información de ambos sexos, lo mismo ocurre en la mujer; es decir, que una ovulación asexual no necesariamente dará como resultado un ser del mismo sexo del originario de la célula (tener en cuenta que la distribución de cromosomas para la nueva generación sólo involucra la división celular; y que los cromosomas –que están compuestos de ADN y proteínas- ayudan a mantener una gran cantidad de información en una forma ordenada y compacta en la célula, donde se encuentra la información sexual en la forma de cromosomas homólogos distintos al resto, dando lugar a la determinación genética y sexual del individuo).

Del principio de la Generación (Hermes)… “Cada ser contiene en sí mismo los dos elementos (opuestos y complementarios) es este principio, lo que explica muchos de los misterios de la vida” (principio también de la Mecánica Cuántica)

El principio de género o generación se manifiesta en todos los planos de la vida: material, mental y espiritual. Pero el «género» no significa «sexo», pues este último no es más que la manifestación material del género. «Género» significa «lo relativo» a la generación o creación. Y dondequiera que algo se genera o se crea, sea en el plano que sea, es principio de género se está allí manifestando.

Y esto es verdad, aun en lo que se refiere a la creación de los universos. Ahora no vayáis a suponer que estamos diciendo que hay un dios creador macho y otro hembra. Esto no sería más que una mistificación de las antiguas enseñanzas al respecto. La verdad es que el TODO, en sí mismo, está más allá del género, así como también está más allá de toda otra ley, incluyendo las del tiempo y del espacio. Él es la ley de la cual todas las leyes proceden, y, por lo tanto no puede estar sujeto a estas últimas. Mas, cuando el TODO se manifiesta en el plano de la generación o creación, entonces actúa de acuerdo con la ley y con el Principio, pues se está moviendo en un plano inferior de existencia. Y consecuentemente, Él manifiesta en el plano mental, el principio de género en sus aspectos masculino y femenino.

Reitero, no se pretende demostrar nada; simplemente tener una base de reflexión que explicaría la virginidad de la Madre de Jesús, que continúa siendo un Misterio de Fe.