“Con respeto
por los creyentes y no creyentes”
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IV. LA ASCENSIÓN… Cuarenta días después
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IV. LA ASCENSIÓN… Cuarenta días después
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Como hemos
visto en los acápites anteriores: (i) Jesús dijo “Todas las naturalezas, todas
las producciones y todas las criaturas se hallan implicadas entre sí, y se
disolverán otra vez en su propia raíz, pues la naturaleza de la materia se
disuelve en lo que pertenece únicamente a su naturaleza…”; (ii) la Sábana Santa
que envolvió el cuerpo inerte de Jesús, se grabó por su incorporación
(levitación) desmaterializado en una radiación de altísima frecuencia de manera
vertical hacia arriba y hacia abajo; y (iii) según los escritos investigador
por el profesor Roelof van den Broek, Jesús tenía la habilidad de
transformarse, cambiar de formas, fisonomía e incluso volverse invisible.
De ello se
colige –como se señala en los evangelios canónicos- que durante los 40 días
después de resucitado, Jesús aparecía y desaparecía a sus discípulos; no tocaba
y entraba, ni salía por la puerta; simplemente se materializaba y
desmaterializaba (hasta hacerse no visible) en diversos grados de vibración.
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¿Qué hizo
Jesús resucitado en esos 40 días? Se habría dedicado a transmitir el
CONOCIMIENTO principalmente a María Magdalena (quien fue la primera en verlo
resucitado y a quien El no permitió lo toque por estar en vibración superior,
no corpórea)
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Del
evangelio apócrifo de María Magdalena: Visión de María.- «Yo —dijo— vi al Señor
en una visión y le dije: «Señor, hoy te he visto en una visión». Él respondió y
me dijo: «Bienaventurada eres, pues no te has turbado al Verme, pues allí donde
está el Intelecto, allí está el tesoro». Yo le dije: «Señor, ahora, el que ve
la visión ¿la ve en alma o en espíritu?». El Salvador respondió y dijo: «No la
ve ni en alma ni en espíritu, sino que es el Intelecto que se halla en medio de
ellos el que ve la visión, y él es el que [...]».
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Del evangelio
apócrifo de Pistis Sophia: “Jesús ascendió a los cielos.- Sucedió entonces,
cuando la fuerza luminosa descendió sobre Jesús, que gradualmente lo envolvió
por completo. Entonces Jesús ascendió a las alturas, brillando
extraordinariamente en una luz inconmensurable. Y los discípulos lo miraban y
ninguno de ellos habló en tanto que él alcanzaba el cielo, sino que todos ellos
guardaron profundo silencio…”
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Jesús era
dominador total de la Física Cuántica. Cuando El ascendió a los cielos, no lo
hizo en carne y hueso, lo hizo en vibraciones de altísima frecuencia lumínica
que los discípulos lograban percibir con los ojos del intelecto.
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««El ser
humano es un sistema de energías en vibración continua. Las moléculas que
componen cualquier clase de materia están en constante vibración. Lo mismo
sucede con los átomos y las partículas subatómicas. En realidad, cada átomo,
cada molécula y cada célula tienen respectivamente, una banda electromagnética
de cierta amplitud en la cual emite energía y la absorbe. Durante la segunda
mitad del siglo XX se descubrió que, a partir de cierto umbral energético, las
moléculas vibran al unísono y se comportan como una sola super-molécula. Debido
a esta propiedad podemos afirmar que el ser humano constituye un complejo
cuántico donde existe un patrón de onda totalmente coherente. »»
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