Hablaremos en
esta nota sobre la etapa de la vida de Cristo resucitado, los 40 días en los
que transmitió toda la sabiduría que no aparece en la Biblia y que trasciende
los tiempos hasta nuestros días, reflexionando sobre fundamentos que hoy
conocemos, pero que la misma ciencia, no puede explicar.
Orientaremos
la secuencia buscando llevar el tema hacia el fundamento de la existencia y a
partir de ella a la materia, la vida orgánica y la vida inteligente.
-
El
Génesis y la Energía
-
Milagros
de Cristo y la Física Cuántica
-
Resurrección
de Cristo
-
Los
Cuarenta días y las Enseñanzas más Profundas y Trascendentes
-
La
Ascensión de Cristo
-
Diez días
después
PARTE 1: El Génesis y la Energía
La EXISTENCIA se origina en la dimensión de la ENERGÍA PURA, que luego
va decantando hasta la ENERGÍA ETÉRICA que alcanza al SER HUMANO y se integra a
él, a través de la CONCIENCIA. Se concluye pues, que la Imagen y Semejanza, es energética y no de fisonomía o constitución
biológica.
PARTE 2: Milagros de Cristo y la Física Cuántica
La Física Cuántica, es la física de las “partículas sub-atómicas”
llamadas “cuantos” (quantum); es la física subyacente a la Física Cartesiana
(de las 3-D). El “cuanto” tiene dos características de manifestación según se
le observe: como partícula-materia o como onda-energía; en su condición de
onda-energía, es vibración.
Si observamos la materia, desde la más dura( no-orgánica), hasta la
orgánica (vegetal, animal o humana), en su componente último, llegaremos
primero a los átomos y luego a los “cuantos” en diversos grados de vibración,
desde la imperceptible en la materia más dura hasta la vibración mayor en el
ser humano, cuya banda de frecuencias (vibratorias), llega hasta los 10 Mhz; de
allí siguen las vibraciones más altas de la energía, desde la dimensión de la
energía etérica próxima al ser humano y a la vida orgánica en general, hasta la
dimensión de la “energía pura”. Para entenderlo, imaginemos una rueda estática
que comienza a rodar cada vez a más revoluciones por segundo; llega una
velocidad de rotación, en que la rueda parece que estuviera estática y luego,
si se aumentan la revoluciones, la velocidad de rotación es tal, que desaparece
a la vista. Lo mismo ocurre con el sonido, hay frecuencias muy bajas que no
percibimos, luego viene la banda de frecuencias perceptibles al oído humano de 20
Hz a 20,000 Hz, hasta que la frecuencia sube y ya no oímos nada; los animales y
las plantas, tienen diferentes bandas de percepción y oyen frecuencias que el
humano no percibe.
Hay diferentes tipos de “cuanto-quantum”; desde los fundamentales;
fotón (luz), fonón (sonido), electrón (energía) que llevamos los seres
vivientes dentro del núcleo de las células, en el ADN; hasta los quark que
comprenden los hadrones (protón, neutrón), los leptones (fermiones: electrón,
neutrinos), bosones… hasta el gravitón. Para hacerlo simple, concentrémonos en
los del ADN: fotón, fonón y electrón, que hacen vibrar nuestro sistema celular.
Reiteramos, nuestro cuerpo vibra en frecuencias hasta 10 Mhz; y cada
órgano tiene una frecuencia de vibración óptima. La COHERENCIA CELULAR, nos
mantiene en SALUD ÓPTIMA y ello implica que cada órgano vibre en su frecuencia
óptima. El sistema celular, contiene 100 trillones (10^14) de células regulares
(incluidas las neuronas), en las cuales se integran los ADN; el promedio de vida
de las células regulares (renovación) es de 20 a 22 días. Pero también llevamos
1,000 trillones (10^15) células malas (parásitos, bacterias, viruses, hongos),
no organizadas, anárquicas, dispersas con un promedio de vida de hasta 2 horas,
pero que están dispuestas a atacar si algún órgano se debilita al salir de su
frecuencia óptima de vibración, causando las enfermedades.
Cristo era un SER ENERGÉTICO de LUZ, cuya vibración de AMOR (la mayor
energía manifiesta del ser humano), alcanzaba largo más de 2 metros a su
alrededor. Esa irradiación energética potentísima, re-sintonizaba (ponía en frecuencia
óptima) cualquier órgano afectado, devolviendo la salud (sanación). Pero además,
las células regulares tienen la posibilidad de reconstituirse (el ejemplo más
simple, es la cicatrización) y Jesús en su infinito AMOR, irradiaba su energía
sanadora a tal punto de potencia, que incluso podía reconstituía las células de
un muerto reciente (p.e. la resurrección de Lázaro). Sus milagros eran actos energéticos
de AMOR, que restituían la COHERENCIA CELULAR.
Pero además, esa energía de AMOR singular, única, le permitía muy fácilmente
hipnotizar a personas e incluso a muchedumbres, lo que explicaría los milagros
de las bodas de Caná de Galilea y la multiplicación de panes y peces.
TODOS FUERON MILAGROS DE AMOR, a través de la Energía y actuando a nivel
cuántico sobre el sistema celular (incluidas las neuronas).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario