“La Virgen
concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa
Dios-con-Nosotros” Mateo 1.23 (de Isaías 7.14)
“Este fue el
principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero
antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo”
Mateo 1.18
La “Encarnación” es el misterio
indemostrable de nuestros días, pero aceptado por fe y que cada vez se ilumina
más. En efecto, a medida que avanza el tiempo y tal vez -como se ha mencionado-
cuando el hombre alcance a dominar la “velocidad de la luz” y la Física
Cuántica, termine por entender y aceptar. Tener en cuenta que estamos recién en
el inicio de los tiempos modernos y probablemente pasará algunos cientos de
años para ello; no sabemos hasta dónde se habrá de llegar.
En tanto, parafraseando y complementando el
inspirado mensaje de un sacerdote sabio, a continuación se ensaya una
explicación muy plausible respecto a este misterio, que no pretende ser una
demostración, sino simplemente una reflexión:
El Universo es energía (en vibración), el
Mundo es energía, toda entidad viviente es energía, el hombre en su “todo” es
energía y tiene anidada la “energía divina” –el Espíritu Santo- que explica la omnipresencia de Dios en nuestras vidas. Existe también
-dentro de las capacidades de manejo energético en el ser humano- aquella de la
telequinesia; además las innumerables veces demostrada capacidad sanadora de
Jesús y la sanadora y auto-sanadora de mucha gente, que nos demuestran la
influencia energética hacia el exterior e incluso hacia el interior del cuerpo
humano para el movimiento (auto-quinesia) y para la orientación hacia el
re-equilibrio celular y energético (mediante la sintonía de las energías en
vibración).
Ahora bien con la Madre de Jesús –la Virgen
María- lo que pudiera haber ocurrido es una especial incursión del espíritu
divino que inundó su ser, originando -por voluntad propia inducida con base a
esa fuerza espiritual (energía) especial anidada y ya residente en ella misma-
el desplazamiento de una célula originando la ovulación -en reproducción
asexual- y su anidación en la matriz
(tal cual HOY se puede hacer científicamente con la CLONACION). Claro, se puede
decir que la ovulación asexual de una célula originará un ser del mismo sexo
del originario de dicha célula; por tanto, en este caso se podría sostener que
–de aceptarse la tesis- Jesús tendría que haber sido mujer y no hombre. Pero
como todo ser humano –masculino o femenino- viene de una concurrencia
originaria activa del fluido masculino que se anida produciendo la ovulación;
es conocido y aceptado que, así como en el hombre puede haber células con
información de ambos sexos, lo mismo ocurre en la mujer; es decir, que una ovulación
asexual no necesariamente dará como resultado un ser del mismo sexo del
originario de la célula (tener
en cuenta que la distribución de cromosomas para la nueva generación sólo
involucra la división celular; y que los cromosomas –que están compuestos de
ADN y proteínas- ayudan a mantener una gran cantidad de información en una
forma ordenada y compacta en la célula, donde se encuentra la información
sexual en la forma de cromosomas homólogos distintos al resto, dando lugar a la
determinación genética y sexual del individuo). Clon Partenogenético.
Del principio de
la Generación (Hermes)… “Cada ser
contiene en sí mismo los dos elementos (opuestos y complementarios) es este
principio, lo que explica muchos de los misterios de la vida” (principio
también de la Mecánica Cuántica)
El principio de género o
generación se manifiesta en todos los planos de la vida: material, mental y
espiritual. Pero el «género» no significa «sexo», pues este último no es más
que la manifestación material del género. «Género» significa «lo relativo» a la
generación o creación. Y dondequiera que algo se genera o se crea, sea en el
plano que sea, el principio de género se está allí manifestando.
Y esto es verdad, aun en lo que
se refiere a la creación de los universos. Ahora no vayáis a suponer que
estamos enseñando que hay un dios creador macho y otro hembra. Esto no sería
más que una mistificación de las antiguas enseñanzas al respecto. La verdad es que
el TODO, en sí mismo, está más allá del género, así como también está más allá
de toda otra ley, incluyendo las del tiempo y del espacio. Él es la ley de la
cual todas las leyes proceden, y, por lo tanto no puede estar sujeto a estas
últimas. Mas, cuando el TODO se manifiesta en el plano de la generación o
creación, entonces actúa de acuerdo con la ley y con el Principio, pues se está
moviendo en un plano inferior de existencia. Y consecuentemente, Él manifiesta en
el plano mental, el principio de género en sus aspectos masculino y femenino.
Reitero, no se pretende demostrar nada;
simplemente tener una base de reflexión que explicaría la virginidad de la
Madre de Jesús, que continúa siendo un Misterio de Fe.
Del
Libro: “La Ciencia y Dios”